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Estanque y Noria

Estanque

Las construcciones del estanque y la noria funcionaban como gran aljibe acumulador y distribuidor de las aguas subterráneas que descendían desde los valles cercanos, y su aprovechamiento era de riego. Todo este sistema hidráulico venía a completar el aporte de agua que se canalizaba mediante galerías subterráneas desde la gran fuente-aljibe, frente a la fachada del palacio, hasta el interior de este y los jardines y huerta.

El estanque tendría una triple utilidad, por un lado, el acopio y distribución de aguas, de otra servir para la contemplación, el asueto y la diversión y, por último, proporcionar de forma continua peces para la alimentación.

Los trabajos de seguimiento arqueológico de las obras han permitido documentar un interesante sistema hidráulico de canalizaciones históricas y de mecanismos de extracción y conducción de aguas.En los muros del vaso del estanque se localizan entradas y salidas de agua con embocaduras de granito a diferentes alturas, tubos cerámicos encastrados en el centro con restos de tubería de plomo en su interior. Cuatro de los tubos encontrados se han identificado como caños de llenado y otros dos como desagüe.

En el exterior del vaso se han encontrado varios registros que pertenecen al sistema de vaciado del estanque, al igual que conducciones que se dirigen hacia Palacio y que correspondían al llenado desde la noria o desde del arroyo.

Noria

La noria, servía para albergar la maquinaria, registros y arquetas para la distribución del agua que se extraía de un pozo con una profundidad de 16 metros y se conectaba al estanque. Actualmente falta la techumbre a cuatro aguas que tendría en la época.

La recuperación de ambas piezas, que se encontraban muy deterioradas, se ha realizado de la manera más fiel posible a la construcción original.

En la intervención se ha podido documentar el funcionamiento de la maquinaria. La noria, denominada de “sangre”, contaba con la fuerza de un animal que, enganchado mediante un mayal al eje de la rueda horizontal o arbolete, movería ésta y rodearía el pozo donde se ubicaba la rueda vertical que extraería el agua mediante unos recipientes cerámicos denominados cangilones o arcaduces, sujetos con unas cuerdas y generando una cadena de elevación de agua.